Encontré este cuerpo bordado y me encantó el diseño. Buscando el original para asegurarme de que realmente era de la época imperio (o regencia, como prefiráis), descubrí que está en el museo del Castillo de Malmaison y perteneció a Josefina Bonaparte.
Esto fue a principios de Marzo, cuando aún no se nos habría pasado a nadie por la cabeza que se iba a paralizar el país entero y a cancelarse todos los eventos, y yo pensaba que en mayo estaría en Madrid vestida de época; así que decidí hacer una versión sencilla con las telas que tenía en casa. Y cuando llegó el estado de alarma decidí que, a pesar de todo, quería hacerlo.
Tenía pocas ganas de hacer el patrón desde cero, así que utilicé el que tengo de vestido de Sense & sensibility y lo modifiqué para que tuviese las costuras lo más parecidas.
Creo que este ha sido el proyecto en el que más pruebas he hecho. Primero corté el patrón en la tela que iba a usar para el forro (batista de algodón) y ajusté las pinzas y la espalda, después esos cambios también hay que probarlos antes de cortar la tela del exterior, y el cruce del pecho, que en el original está cosido aparte, yo decidí hacerlo de una pieza así que tenía que dejarlo para el final y que no quedase ni muy largo ni muy corto.
También decidí coserlo a mano, siguiendo un tutorial de Koshka-the-cat, ya que tenía tiempo (el teletrabajo XD) y ganas. Al final no lo terminé hasta mayo, pero quedé encantada del resultado.
La verdad es que tener que estar encerrada en casa me ha venido hasta bien en el tema costura, en la próxima entrada os enseñaré otro de los proyectos que he terminado.
La última vez que me pasé por aquí fue en diciembre y desde el 1 de enero de este año las cosas se me han ido descontrolando. En redes sociales habréis visto que no he parado de coser, pero lo de hacer entradas con los avances ya es otro cantar. Por suerte parece que voy teniendo más ganas de poner todo en blanco sobre negro y a partir de ahora la idea es ir haciendo entradas con las cosas que he ido acabando.
La primera llega hoy, con el spencer azul que os enseñé el año pasado.
En junio de 2019 tuve un evento de época regencia y, como soy de León y aquí no se puede salir de casa sin la chaquetica, decidí hacerme el equivalente.
He de decir que al final no la estrené, porque tuvimos dos días de calor mortal, que se multiplica por mucho en el centro de Madrid.
Para este proyecto usé el patrón Sense and Sensibility, con lo que investigación y patronaje = 0
También aproveché para hacer uso de materiales que ya tenía en casa: tela azul de dudosa procedencia para el exterior, sobreces de la tela que usé para la camisa para el forro y unos botones que me había regalado hace años una amiga. Vamos, que me lucí con la historicidad en materiales y confección, pero el aspecto final fue bueno.
No tengo muchas fotos del proceso porque fui por la vía rápida y, aparte de alargar las mangas (en serio, no hay patrón, histórico o moderno, en el que las mangas me lleguen a la muñeca 😒) e intentar ajustar las pinzas del pecho, no retoqué nada.
¿Estoy contenta? Más o menos. Como lo hice aprisa y corriendo tiene muchos fallos: algunas pinzas hacen lo que en mi casa se llama «culo de pollo», el cuello no me asienta bien porque no corregí la zona de los hombros (los tengo ligeramente echados hacia adelante) y la entretela que usé para las solapas es demasiado blanda y quedan con poco cuerpo. Para la siguiente (porque puedo asegurar que haré otra algún día) espero dedicarle el tiempo necesario y además decorarla.
Y con esto y un bizcocho, hasta la próxima entrada 😉
Os presento mi último proyecto, un ridículo de época regencia bordado que hice para regalar a una amiga recreadora.
Alrededor de 1800, con la llegada de las cinturas altas y las telas vaporosas, dejaron de usarse los bolsillos internos entre las clases altas (entre las clases populares aún siguieron existiendo hasta el siglo XX) y se empezaron a usar bolsos de mano de pequeñas dimensiones donde cabía lo básico que una dama necesitaba al salir de casa. Por cierto, que el nombre viene del francés «reticule», porque los primeros estaban hechos de malla.
Para hacer este ridículo usé un patrón de Sense and Sensibility y el modelo del bordado está calcado de un original que se conserva en el Rijksmuseum. Hasta ahí todo sencillo, pero el caso es que decidí que, ya que tenía hilo de bordar de seda (sí, seda de la de verdad de la buena) era el mejor momento para estrenarlo.
Ignorad las cintas, al final no las usé. Lo que tocaba era LA MARAÑA. Cuarenta colores de hilo de seda que llevan alrededor de cuatro años guardados en una caja porque me cansé de devanarlos (¿veis los que están enrollados en plastiquitos? pues eso lo tuve que hacer yo, uno por uno). Para no volverme loca elegí los colores y sólo devané esas madejas, el resto volvió a su caja.
Después descubrí que la tela que quería usar era una muy bonita y adecuada a la época: fina, delicada, casi transparente… y que si intentaba bordarla así iba a deformarla a la primera puntada, amén de que sólo con mirarla se deslizaba del sitio. Como es para un ridículo y no para un vestido, pude ponerle una base de batista de algodón para darle más resistencia. En la foto se puede ver el primer paso de sujetar una tela con otra y, ya de paso, trasladar el patrón sin que se retorciese: hilvanar por el borde, después de sujetar el patrón pinchando las alfileres en la guata de la tabla de planchar.
Siguiente paso: ¡vivan las anacrónicas mesas de luz! En vez de tener que sujetar todo contra una ventana y rezar porque nada se moviese de sitio, pude trabajar sobre la mesa y sujetar la tela por zonas mientras marcaba con un lápiz. Y de ahí al bastidor. Ahora ya puedo decir que coser con ese tipo de hilos de seda es a la vez fácil y difícil. ¿Por qué? Pues porque si todo va bien, las puntadas van a ser sencillas: cadeneta, punto de tallo, nudos franceses y punto de realce. El dibujo también es sencillo y bastante pequeño. Pero. Gran PERO. Ese hilo se engancha hasta en las asperezas de los dedos. Sin exagerar. Y se desliza sobre sí mismo hasta el punto que, o has apretado bien los nudos del comienzo, o se deshacen en la primera puntada. Al final he tardado más en los preparativos para bordar que en el bordado: echarse crema hidratante, esperar a que seque, limpiarme las palmas con un poco de agua y mucho cuidado para que no se manche el hilo ni la tela, montar la pieza en el bastidor y preparar el hilo.
Después de cogerle el truco, todo empieza a ir «como la seda», hasta que te rompes tres uñas y te enganchas cada dos minutos. Es un bordado pequeño, así que he tardado unas 10-12 horas en hacerlo completo (repartidas en varios fines de semana, porque sólo podía trabajar con luz natural).
Y aquí el bordado terminado, con la tela ya fuera del bastidor.
Después de esto, tocó cortar las piezas, hilvanar de nuevo, cortar un forro y coser y coser y coser. Excepto las costuras interiores, todo lo demás está hecho a mano.
Y el resultado final.
Me encanta cómo ha quedado, aunque como siempre hay cosas que haría de forma diferente si tuviera que repetirlo: cortaría la tela de refuerzo excepto en la zona donde es imprescindible, y cambiaría la forma de coser el forro. Sigo aprendiendo.
Como de costumbre, tan sólo unas puntadas para ver cómo va el punto del TAST de esta semana 🙂
Ya comenté que a partir de este jueves iba a haber actualizaciones sobre el bordado del juboncillo de «La Pepa». Las fotos no son lo mejor del mundo y no soy capaz de sacar el color real de la tela, pero aquí podeis ver cómo va la cosa:
Juboncillo 1812
He de decir que es más fácil y rápido de lo que pensaba, incluso el coser las lentejuelas. No estoy usando la técnica del siglo XVIII para hacerlas porque no tengo los materiales necesarios, pero queda bastante similar y tan extravagante como la original XD
Aprovecho también para meter aquí lo que debería haber salido el domingo y no pudo ser 🙂 Ya estoy por fin terminando el cuerpo del traje de baño de 1878. He tenido que descoserle las mangas porque el hombro era demasiado ancho y también he ajustado el frente para que cerrase bien; ahora sólo me queda volver a montar las mangas, hacer la vista para el cuello y el delantero, hacer ojales y botones, hacer el bajo y coser las cintas de adorno (nada y menos, a que sí xD) y en cuanto termine con ello ya a empezar con la ropa interior de esa misma época. Fotos en cuanto pueda, y con un poco de suerte también fotos decentes del traje de «La Pepa» completo pero sin juboncillo, que no hacen más que retrasarse 🙂
En toda la semana, esto es todo lo que he podido hacer para el TAST y se va a quedar así porque está mal hecho. El punto de cadeneta es muy fácil en teoría, pero hay que tener cuidado con la tensión si no lo haces en bastidor porque si te pasas queda como en la foto. Ídem para el punto de acolchado. Pero no me rindo, porque es una prueba para el velo bordado que tengo en mis proyectos (seguro que os lo estabais imaginando blanco y de tul 😉 ) y aún tengo que seguir con otros tipos de punto, como el partido, cuando tenga más tiempo y ganas.
Por suerte el domingo terminé la enagua y el vestido de «La Pepa» 🙂 Habrá más fotos en cuanto pueda secuestrar a mi fotógrafa habitual y hacer una sesión en algún parque. La enagua se cierra con un cordondillo para poder fruncir ligeramente la cintura y los tirantes tienen un botón para poder soltarlos y ponerla por los pies si hace falta. El vestido aún necesitaría algún retoque para ser perfecto, pero no quiero tocarlo más porque mi idea es hacer otro cuando tenga más tiempo y dinero y pueda comprar una tela que me guste más, aunque seguramente haga uno de baile en vez de otro de calle como éste.
Aún me falta terminar el juboncillo y hacer una basquiña para tener el conjunto completo, pero no estoy segura de poder tenerlo todo para el aniversario, porque ahora mismo estoy con el corsé de forma natural, el traje de baño y el vestido de esa época, que tienen que estar acabados a finales de mayo. Si de esta no aprendo a usar la máquina de coser como una profesional, me podéis dar con ella en la cabeza XD
Y el fin de semana pasado se me olvidó comentar que ya habían salido publicados los participantes de este año en el DPP:
Ha sido muy difícil votar por algunas categorías, había verdaderas obras de arte que para mí han caído por la mala presentación, porque en un maniquí no se ve bien si sabes ajustar los patrones a un cuerpo real además de saber coser. Otra cosa sería usar un maniquí que hayas ajustado para tener la silueta de la época (con rellenos, etc.)
Debo reconocer que hay una diferencia abismal entre probarme el vestido con una enagua (como en las fotos) a ponérmelo solo. El frunce de la espalda de la enagua ayuda a que el frunce del vestido no se meta hacia adentro y quede feo, además sujeta las cintas de atar en su sitio, que sin enagua se bajan en los laterales.
La enagua tampoco está acabada, pero aproveché que estaba ajustando los tirantes para poner el vestido encima y me gané unos cuantos picotazos con las alfileres XD Por suerte con esa sólo me queda coser los tirantes en la espalda, hacer los ojales delanteros, terminar un botón y coserlo y pasar un cordoncillo por la cinturilla para atarla.
Próximamente fotos de todo terminado y un pequeño tutorial de cómo hacer la enagua.
Al final añadí una pieza a las mangas para ensancharlas, porque no me acababan de convencer, y para tapar las costuras les hice por encima un bordado muy sencillo en punto de tallo en el mismo color que las manoletinas. Los botones están forrados y en lugar de hacer ojales, que se me dan muy mal, hice unas presillas de hilo (no sé si son históricas, pero quedan muy bien ^^; )
En la falda tuve que cambiar las tablas que había hecho por frunce, porque si no quedaba muy aplastada la espalda, y el bajo que hice he tenido que sacarlo y he añadido una pequeña pieza para alargarlo. La idea original era hacer el bajo de forma que quedase la tela inferior corta y el volante de encaje se viese transparente hasta el tobillo, pero no queda bonito, así que ahora la falda tiene que ir hasta el tobillo y el volante sólo sobresaldrá un centímetro.
Además, aprovechando que hasta el 19 de marzo aún queda suficiente tiempo, estoy rehaciendo la enagua entera porque la pobre quedó de pena, y esta vez sí que la voy a coser a máquina, pero le voy a hacer un bonito borde en bordado inglés (ese con agujeritos), que mi madre tiene unos diseños de cuando bordaba sábanas y queda muy mono. Eso sí, por si acaso no acabo a tiempo, el borde irá bordado aparte y añadido al final 😉
A pesar de todo el esfuerzo me es imposible participar en el DPP este año. Al vestido le falta nada y menos, pero en un fin de semana no puedo terminarlo, hacer el juboncillo y las fotos y preparar la entrada en inglés, al menos si quiero dormir, y ya he dormido demasiado poco estos días como para eso, así que me lo tomaré con calma y lo tendré acabado para el aniversario de La Pepa. La vida es demasiado corta para agobiarse con una afición. Espero que los trajes que se presenten sean mucho mejores que el mío, así no me quedo con la cosa de «podría haber ganado incluso haciéndolo a trancas» 😉
El lunes por la noche volveré a mi rutina de publicación habitual con los dos puntos que faltan del TAST.
Esta semana ha sido bastante complicada y no he tenido tiempo ni ganas de coser nada, sólo he cortado la manga que me faltaba y el forro del juboncillo para hacer la prueba, así que a falta de otro material os dejo con una foto de las manoletinas y la blonda que he comprado para el traje. La blonda necesita un retoque para poder usarla de mantilla y es un poco corta (no había dinero para más de un metro de largo y mide 1,50 de ancho) y las manoletinas perderán ese lacito en breve.
Tras un bajón la semana pasada durante el que me planteé seriamente dejar el proyecto, volví el lunes con nuevas energías a atacar finalmente el vestido. En un principio mi idea era usar el patrón de S&S que compré a la vez que el del corsé, pero tras leer las instrucciones y ver que había que ponerlo por la cabeza cambié de idea. Es un poco fastidioso ponerse algo por la cabeza cuando casi no puedes levantar los brazos 🙁 Rumiando otras opciones pensé en reformarlo para que se cerrase en la espalda, pero ahí seguía teniendo el problema de necesitar ayuda para ponérmelo; después pensé que cerrase en un lateral, pero visto el éxito de la enagua (anotada para rehacer en cuanto pueda) no me pareció lo mejor… Finalmente se me encendió la bombillita mientras curioseaba por la red: ¡bib-front dress!
A pesar de lo rimbombante que el nombre suena en castellano, es más o menos como decir «vestido con frontal de babero» XD Básicamente el cuerpo es una especie de chaquetilla en el que el frontal va cubierto por una pieza como el «babero» de un mandil, por lo que se puede poner sin problemas por los pies, y la falda se ata con cintas. Por lo que he visto es fácil de hacer y tengo una muestra del patrón en el libro de Patterns of Fashion 1 (y las instrucciones en la web de Koshka-the-cat, esa mujer me está salvando la vida XD) Otra de las ventajas que tiene es que el cierre interior queda en dos capas y el exterior son otras dos, por lo que mi enagua no necesita cuerpo, que es lo que más problemas me ha dado 🙂
La tela será la misma que he usado para la camisa y la enagua: batista de algodón blanca ultra fina y llevará en el bajo un volante de puntilla sin más decoraciones. Todo el bombo de este traje irá en el jubón, que finalmente y por falta de fondos será de paño de lana violeta (la que usé para el vestido medieval). Con un poco de suerte y viendo que este vestido es facilísimo de hacer y que voy a usar la máquina de coser para las múltimples costuras de la falda (recordad, mi maravillosa tela tiene 80 cms. de ancho… porque encogió 10 cms. cuando la lavé ^^; ) y para toda aquella costura en que no se vean las puntadas. Los remates y todo lo visible a mano, pero de eso hay más bien poquito. Mi idea es que esté en quince días, por tanto tardaré el doble 🙂
En la foto podéis ver cómo va quedando la prueba del patrón. He tenido que añadir un poco en el escote para que no se vea la camisa, y ésta la tuve que retocar también. La pinza que lleva bajo el pecho no es para este vestido en concreto porque esa parte no se ve, sino que la he hecho para otros cuerpos. Este patrón ha quedado tan perfecto que es el que voy a usar para el jubón y para cualquier otro vestido que lleve este corte 🙂
Otra cosa en la que estoy empezando ya a pensar es en la mantilla y la basquiña. A pesar de que en mi diseño original sólo hay mantilla he decidido intentar hacer una basquilla también, principalmente porque cuando hice el diseño había leído mal mis fuentes y entendí que se había dejado de llevar en 1810, cuando al parecer fue más bien hacia 1820. Básicamente la basquiña es una sobrefalda negra, hecha bien de red con adornos de madroños, de seda o de otros materiales con adornos según lo rica que sea quien la lleva (que eran todas las mujeres, nobles o plebeyas) que se ponía para salir a la calle y se quitaba al entrar en alguna casa, ya fuese la tuya o la de los demás. Mi basquiña será de tela sencilla negra (me estoy planteando hacerla en mi batista multiusos y teñirla) con adornos de cinta de tercipelo y encaje en el bajo, y la mantilla de muselina negra con borde de encaje. Sencillo a más no poder.